jueves, 26 de septiembre de 2013

Tras 8 meses de consumo de recursos naturales LA HUMANIDAD YA HA AGOTADO EL “PRESUPUESTO ECOLÓGICO” DE ESTE AÑO 2013

Tras 8 meses de consumo de recursos naturales
LA HUMANIDAD YA HA AGOTADO EL “PRESUPUESTO ECOLÓGICO” DE ESTE AÑO 2013 El 20 de agosto pasado fue marcado como el “Día del Exceso de la Tierra” en 2013, siendo la fecha en que la humanidad ha agotado el presupuesto de la naturaleza para este año, es decir, ha consumido los recursos naturales que el planeta puede regenerar en el periodo de un año. Durante los meses restantes la población terrestre mantendrá el déficit ecológico recurriendo a las reservas de recursos locales, y acumulando más dióxido de carbono en la atmósfera.

El Día del Exceso de la Tierra es la fecha aproximada en la cual la demanda anual de la humanidad sobre la naturaleza excede lo que la Tierra es capaz de renovar en un año. La organización Global Footprint Network da seguimiento a la huella ecológica o demanda de la humanidad sobre los recursos ecológicos del planeta (por ejemplo el suministro de alimentos, materias primas y absorción de dióxido de carbono), y la contrasta con la capacidad de la naturaleza de reponer dichos recursos y absorber los desechos.

Se trata de un concepto desarrollado originalmente en el Reino Unido por la New Economics Foundation, y es el marcador anual del momento que empezamos a vivir más allá de nuestros recursos en un año determinado. Aunque sólo es una estimación de las tendencias temporales del uso de recursos, el Día del Exceso de la Tierra es la mejor aproximación científica a la medición de la brecha entre nuestra demanda de recursos naturales y servicios ecológicos, y de lo que el planeta puede proveer.

Los datos indican que en 1993, el Día del Exceso de la Tierra se alcanzó el 21 de octubre, y en 2003 este evento sucedió el 22 de septiembre. Así pues, una cosa es clara: dadas las tendencias actuales en nuestro consumo, el Día del Exceso de la Tierra tiende a llegar unos cuantos días antes cada año.

A lo largo de casi toda la historia, la humanidad ha utilizado los recursos de la naturaleza para construir ciudades y carreteras, para proporcionar alimentos y crear productos, y para absorber nuestras emisiones de dióxido de carbono a una tasa claramente dentro del presupuesto de la Tierra. Sin embargo, a mediados de la década de 1970 cruzamos un umbral crítico, cuando el consumo humano anual comenzó a superar lo que el planeta puede reabastecer en un año.

Ecológicamente endeudados

El déficit ecológico humano se mantiene a expensas de agotar las reservas de peces, árboles y otros recursos, acumulando los desechos como el dióxido de carbono en la atmósfera y océanos. La deuda ecológica está representada en la reducción de los bosques, la pérdida de biodiversidad, el colapso de la pesca, la escasez de alimentos, el deterioro de la productividad del suelo y la acumulación de dióxido de carbono en la atmósfera y océanos.

A medida que el nivel de consumo o gasto crece, el interés que pagamos sobre esta deuda ecológica creciente no solo implica una carga sobre el ambiente sino también el socavamiento de las economías. El cambio climático (resultante del hecho que la emisión de gases de invernadero supera la capacidad de absorción de los bosques y océanos) es el impacto más generalizado de nuestro sobregiro ecológico.

En 1961, la humanidad utilizó únicamente alrededor de dos tercios de los recursos ecológicos disponibles en la Tierra. En aquel entonces, la mayoría de los países contaban con reservas ecológicas. Sin embargo, tanto la demanda mundial como su población han seguido en aumento. A principios de la década de 1970, el incremento en las emisiones de carbono y en la demanda humana de bienes y servicios naturales comenzó a agotar los recursos que nuestro planeta es capaz de generar de manera renovable. Fue entonces cuando entramos en un exceso ecológico.

Según Mathis Wackernagel, presidente de Global Footprint Network y co-fundador de la medida para contabilizar los recursos y definir la huella ecológica, “afrontar estas limitaciones implica impactos directos sobre las personas y son las poblaciones de menores ingresos quienes enfrentan mayores dificultades para competir con el resto del mundo por los recursos”.

Países con mayor huella ecológica

Las Cuentas Nacionales de la Huella 2012 generadas por Global Footprint Network muestran que la humanidad está hoy día utilizando los recursos y servicios ecológicos a un ritmo que se necesitarían algo más de 1,5 planetas Tierra para renovarlos. Nos estamos encaminando a llegar a necesitar los recursos de dos planetas Tierra mucho antes de alcanzar la mitad del siglo.

La huella ecológica total de China es la mayor del mundo, sobre todo debido a su gran población. La huella per cápita de China es mucho menor que la de los países de Europa o Norteamérica, pero en los últimos siete años ha superado lo que está disponible por persona al nivel mundial.

En efecto, si todos viviéramos como el residente típico de China, se necesitarían 1,2 planetas Tierra para sostener a toda la población mundial. Las demandas per cápita de otros países sobre los ecosistemas del planeta son aún mayores: Si actualmente todos viviéramos al mismo nivel que los residentes de los Estados Unidos, se necesitarían cuatro planetas Tierra para sostener a la población mundial. Y en Qatar, el residente típico requiere los recursos de seis y medio planetas Tierra.

Si bien la recesión mundial iniciada en octubre de 2008 ha frenado la demanda humana de recursos, el consumo sigue en aumento. Para evitar penurias económicas, el tema medular en la toma de decisiones debe ser el establecimiento de límites para los recursos. Las tendencias actuales de los recursos ya no satisfacen las necesidades de una población en crecimiento de 7 mil millones de habitantes. De esta población, aproximadamente dos mil millones carecen de acceso a los recursos necesarios para satisfacer sus necesidades básicas.

Hoy en día, más del 80 por ciento de la población mundial vive en países que utilizan más de lo que sus propios ecosistemas pueden renovar. Estos países “deudores ecológicos” agotan sus propios recursos ecológicos, o los obtienen de otros. Los deudores ecológicos están usando más de lo que tienen dentro de sus propias fronteras. Los residentes de Japón consumen los recursos ecológicos de un Japón multiplicado 7,1 veces. Se necesitarían cuatro equivalentes de Italia para mantener a Italia. A su vez, Egipto utiliza 2.4 veces los recursos ecológicos que el país genera.

No todos los países demandan más de lo que sus ecosistemas pueden proporcionar, pero incluso las reservas de estos “acreedores ecológicos” como Brasil se están reduciendo paulatinamente. Ya no es posible sostener un déficit presupuestario cada vez mayor entre lo que la naturaleza puede ofrecer y lo que nuestra infraestructura, economías y estilos de vida requieren.

“América Latina, y más específicamente Suramérica, se encuentra en una posición única en el mundo dado que las reservas ecológicas de la mayor parte de la región siguen siendo mayores que su huella ecológica”, explicó Juan Carlos Morales, director Regional de América Latina para Global Footprint Network.

Sin embargo, todavía es posible cambiar el rumbo. Los deudores ecológicos tienen el incentivo de reducir su dependencia de los recursos, mientras que los acreedores tienen la motivación económica, política y estratégica de preservar su capital ecológico.

Más información en:
http://www.footprintnetwork.org/es/index.php/GFN/

xx

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